El estudio de arquitectura A-cero presenta uno de sus últimos trabajos: un proyecto de arquitectura de una vivienda unifamiliar concebida para pasar estancias vacacionales en un turístico pueblo del litoral mediterráneo.
Se ha optado por introducir el color blanco como protagonista de la residencia para proporcionar claridad y luminosidad a las estancias y crear un ambiente de relax acorde con las intenciones lúdicas de los propietarios. Con este mismo propósito, se ha diseñado una piscina de casi 90 m2 y extensas zonas de esparcimiento para celebrar fiestas, reuniones y acontecimientos sociales.
La vivienda, cuya estructura es un volumen cúbico, posee casi 400 m2 construidos y se distribuye en dos plantas. En la baja se aloja la zona más pública: salón con dos ambientes, comedor, recibidor y un aseo de cortesía. En este nivel también se encuentra la cocina y la zona de servicio. Todas las estancias tienen acceso al exterior.
En la planta alta se sitúan las áreas privadas donde se hallan todos dormitorios: el principal, el de los invitados y los infantiles.
El mobiliario, diseñado por A-cero, está básicamente compuesto por piezas modernas lacadas en blanco y telas en tonos muy claros, beiges y tierra.
Existe un predominio de la madera (también en tonos claros) como en el suelo, alguna pieza de muebles incluyen un tono de madera mas oscuro para quebrar la monotonía de madera clara.
Los propietarios le han dado un toque personal a la residencia con la inclusión de diversas piezas de decoración muy estudiadas que aportan pinceladas de color a la homogeneidad cromática de la casa. Ejemplo de ello es la lámpara del comedor de Piet Hein en hiero forjado y las sillas del cuarto de juegos.
Una casa de veraneo cómoda y funcional con pavimentos prácticos acordes con el uso vacacional que sus propietarios le van a dar y en la que el blanco es el protagonista en consonancia con la arquitectura de la región donde se ubica.
ARQUITECTURA POST PANDEMIA
Hace 1 año
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